El Día de Acción de Gracias se acerca, y qué mejor momento para reflexionar sobre todo aquello por lo que estamos agradecidos, y apreciar las bendiciones que Dios nos ha dado a lo largo del año.
En este sumario constante de agradecimiento, quiero compartir contigo mi propia perspectiva sobre dar gracias y cómo esto ha transformado mi vida.
Gracias por la vida, un regalo divino que todos hemos recibido. Cada día que respiramos es una oportunidad para apreciar este obsequio tan preciado. A lo largo de mi existencia, he aprendido a aceptar mi vida con alegría, placer y, sobre todo, con satisfacción. Se nos ha otorgado la maravillosa capacidad de experimentar el amor, el único sentimiento que realmente importa desde que llegamos, hasta que nos vamos de este mundo.
Gracias por la salud, un beneficio invaluable que merece un reconocimiento especial. Crear armonía entre el cuerpo y la mente es esencial para disfrutar todo lo que este viaje maravilloso tiene para ofrecer. En momentos de adversidad, he descubierto la importancia de agradecer por mi salud perfecta, ya que es la base firme para enfrentar los desafíos y seguir adelante con determinación.
Gracias por la voz porque a través de ella, podemos expresar lo que sentimos a aquellos que nos importan y quieren escucharnos. La comunicación es el puente que conecta nuestros corazones y mentes, y mi voz es la herramienta que utilizo para construir esos puentes, sanar almas, mientras comparto mi amor y aprecio con los demás.
Gracias por la familia ese núcleo sagrado y fabuloso que nos brinda un sentido de pertenencia, crecimiento y oportunidad para descubrirnos a nosotros y entre nosotros. En los momentos difíciles, en los de celebración y en cualquier necesidad, he encontrado consuelo y apoyo en mi familia, por ellos he aprendido a valorar quién soy y el papel que desempeño en este tejido familiar.
Gracias por los desafíos que experimentamos porque a través de esos momentos de reto y dificultad podemos descubrir nuestra verdadera esencia y fortaleza. Yo a través de los retos he crecido como ser espiritual individual. Es en estos momentos donde se esconden grandes oportunidades, y cuando los abrazamos con gratitud reconociendo su propósito, podemos encontrar lecciones valiosas que contribuyen a tener una mayor conciencia.
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La vida: un lienzo en blanco
En la rueda de la vida tanto los finales como los comienzos son motivo para agradecer. En retrospectiva, he comprendido que lo único que realmente importa es lo que “yo quiero”. La vida es un lienzo en blanco, y cada día es una oportunidad para pintar la imagen que está plasmada en el fondo de mi corazón.
Aceptar la vida con alegría, placer y total gratitud, no significa ignorar las situaciones difíciles, sino agradecer por las lecciones que aparecen en el camino.
Aprecio cada situación que me ha enseñado algo nuevo sobre mí misma y me ha proporcionado la oportunidad de sanar y crecer.
Estoy decidida a contribuir y hacer de este mundo un lugar lleno de gratitud, donde aprendamos a valorar no solo lo que recibimos, sino también lo que damos a los demás y lo que decimos de ellos.
Me siento satisfecha y bendecida por todas las oportunidades que tengo para servir, esa conciencia de ser útil para otros y el trabajo voluntario que he desempeñado, han sido pilares fundamentales en mi vida. Tender una mano a otras personas no solo ha sido beneficioso para mi salud emocional y mental, sino que también ha nutrido mi alma.
Al ayudar a otros, me he dado cuenta de que me libero de los bloqueos emocionales que a veces surgen de la tristeza, los problemas familiares, los proyectos o las preocupaciones económicas. La atención centrada en el servicio a los demás me ha regalado optimismo y una auténtica sensación de lo valiosa que es mi vida para muchos.
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Y cuando extiendo una mano a alguien que ha solicitado mi ayuda, descubro nuevas habilidades, conocimientos y competencias dentro de mí. Más allá de los resultados tangibles, el proceso de dar y recibir se ha convertido en una experiencia enriquecedora que me ha conectado más profundamente con la esencia misma de la gratitud.
Así que, en el marco de esta celebración te invito a reflexionar sobre tus propias bendiciones y a encontrar la gratitud en cada rincón de tu vida. Que este día esté lleno de amor, alegría y, sobre todo, gratitud
¡Feliz Día de Acción de Gracias!